Papa Leon XXIII:
"Sí, ese gran DRAGÓN, esa antigua serpiente que se llama demonio y Satanás, que seduce al mundo
entero, fue precipitado con sus ángeles al fondo del abismo (Apoc. 12). Pero he aquí que ese antiguo
enemigo, este antiguo homicida ha levantado ferozmente la cabeza. Disfrazado como ángel de luz y
seguido de toda la turba de espíritus malignos, recorre el mundo entero para apoderarse de él y
desterrar el nombre de Dios y de su Cristo, para hundir, matar y entregar a la perdición eterna a las
almas destinadas a la eterna corona de gloria. Sobre los hombres de espíritu perverso y de corazón
corrupto, este dragón malvado derrama también, como un torrente de fango impuro, el veneno de su
malicia infernal, es decir, el espíritu de mentira, de impiedad, de blasfemia y el soplo envenenado de
la impudicia, de los vicios y de todas las abominaciones".
(De la Oración a San Miguel Arcángel)
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