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jueves, 1 de noviembre de 2012

Luján bajo el Agua



Luján bajo el Agua

El Diluvio Universal fue un castigo de Dios por las abominaciones de los hombres.

Hoy la Apostasía, Herejía y Abomincación son casi unánimes.

"...Y no comprendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos; así será la venida del Hijo del Hombre" (Mt 24, 39)

miércoles, 24 de octubre de 2012

El Cuervo y el Arca


El Cuervo y el Arca

Cuando la Santa Iglesia Católica, reducida a su menor número, como el Arca de Noe; vea sobrevolar el cuervo en su ventana; verá que las aguas del castigo aún ahogan; y que aún deberá sufrir, luchar y esperar por el Reino de la Paloma, el Reino del Espíritu Santo, el Reino de María.


Génesis 8, 6-8: "Y aconteció que al cabo de cuarenta días, Noé abrió la ventana del arca que él había hecho, y envió un cuervo, que estuvo yendo y viniendo hasta que se secaron las aguas sobre la tierra. Después envió una paloma para ver si las aguas habían disminuido sobre la superficie de la tierra..."

domingo, 9 de septiembre de 2012

Los Murmuradores Esjatológicos


Los Murmuradores Esjatológicos



Judas 1, 16: "Estos son murmuradores, querellosos, que andan tras sus propias pasiones; hablan con arrogancia, adulando a la gente para obtener beneficio" 

Salmo 73, 8: "Se mofan, y con maldad hablan de opresión; hablan con altanería 

Proverbios 18, 6: "Los labios del necio provocan contienda, y su boca llama a los golpes"

Romanos 3, 13-14: "SEPULCRO ABIERTO ES SU GARGANTA, ENGAÑAN DE CONTINUO CON SU LENGUA, VENENO DE SERPIENTES HAY BAJO SUS LABIOS; LLENA ESTA SU BOCA DE MALDICION Y AMARGURA" 

Proverbios 22, 10: "Echa fuera al insolente y saldrá la discordia, y cesarán también las contiendas y la afrenta

Salmo 10, 7: "Llena está su boca de blasfemia, engaño y opresión; bajo su lengua hay malicia e iniquidad

Salmo 5, 9: "Porque no hay sinceridad en lo que dicen; destrucción son sus entrañas, sepulcro abierto es su garganta; con su lengua hablan lisonjas" 

Salmo 26, 4: "Con los falsos no me he sentado, ni con los hipócritas iré" 

Salmo 28, 3: "No me arrastres con los impíos ni con los que obran iniquidad, que hablan de paz con su prójimo, mientras hay maldad en su corazón

Judas 1, 17-19: "Pero vosotros, amados, acordaos de las palabras que antes fueron dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo, quienes os decían: En los últimos tiempos habrá burladores que irán tras sus propias pasiones impías. Estos son los que causan divisiones; individuos mundanos que no tienen el Espíritu Santo. 


viernes, 29 de junio de 2012

¡Se levantará Miguel!

Arcángel San Miguel (Giovanni Paolo Buoninsegna)

¡Se levantará Miguel!
Daniel 12, 1-4:

"En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que vela sobre los hijos de tu pueblo. Será un tiempo de angustia cual nunca hubo desde que existen las naciones hasta entonces; y en ese tiempo tu pueblo será librado, todos los que se encuentren inscritos en el libro. Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra despertarán, unos para la vida eterna, y otros para la ignominia, para el desprecio eterno. Los entendidos brillarán como el resplandor del firmamento, y los que guiaron a muchos a la justicia, como las estrellas, por siempre jamás. Pero tú, Daniel, guarda en secreto estas palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y el conocimiento aumentará."




Comentario de San Antonio María Claret:

Se proponen dos muy nobles cualidades de san Miguel pues se muestra:

1º Muy sublime en la dignidad, por la proximidad con Dios. "Michael princeps magnus" 
2º Vigilantísimo en el cargo que le diera Dios del cuidado de las almas. "Qui stat pro filiis populi sui" 

El entender, el conocer y el amar, es la naturaleza, la vida, el destino y la ocupación de los Ángeles; entre ellos, lleva las primicias San Miguel, quien recibió el mando de todas las angélicas escuadras, y fue constituído árbitro de las almas que puedan salvarse

Miguel es amoroso, protector del cuerpo universal de la Iglesia, y la defiende de la herejía y del dragón infernal; es particular y fiel guarda de cada una de las almas a él encomendadas, a las que protege durante el camino de la vida, conduciéndolas, por fin, al paraíso, en la hora de la muerte: "Repraesentat eas in lucem sanctam" 

jueves, 10 de noviembre de 2011

Salmo 109: TRIUNFO DE CRISTO REY Y SACERDOTE




SALMO 109 (110)
TRIUNFO DE CRISTO REY Y SACERDOTE

1 Salmo de David.

Oráculo de Yahvé a mi Señor:
"Siéntate a mi diestra,
hasta que Yo haga de tus enemigos
el escabel de tus pies."

2 El cetro de tu poder
lo entregará Yahvé (diciéndote):
"Desde Sión impera
en medio de tus enemigos."

3 Tuya será la autoridad
en el día de tu poderío,
en los resplandores de la santidad;
Él te engendró del seno antes del lucero.

4 Yahvé lo juró y no se arrepentirá:
"Tú eres Sacerdote para siempre
a la manera de Melquisedec."

5 Mi Señor está a la diestra de (Yahvé).
En el día de su ira destrozará a los reyes.
6 Juzgará las naciones,
amontonará cadáveres,
aplastará la cabeza de un gran país.
7 Beberá del torrente en el camino;
por eso erguirá la cabeza.



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Traducción Bíblica y Comentarios de Monseñor Straubinger:

Versículo 1: "Breve por el número de las palabras, grande por el peso de las sentencias" (San Agustín), este Salmo, paralelo del Salmo 2 y "el más célebre de todo el Salterio" (Vaccari), goza del privilegio de haber sido interpretado por Jesús mismo (Mt. 22, 41-46). Después de señalar allí como autor a David, de modo que nadie pudiese negarlo (Comisión Bíblica, 1º de mayo de 1910), el Señor prueba con él a los judíos la divinidad de su Persona. Prueba también que el Padre le reservaba el asiento a su diestra glorificándolo como Hombre (Salmo 2, 7 y nota) -según dice el Credo: "Subió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre"- y destaca sus derechos como Mesías Rey, que Israel desconoció cuando Él vino y "los suyos no lo recibieron" (Jn 1, 11; cf. Is. 35, 5 y nota). Estos derechos los ejercerá cuando el Padre le ponga a todos sus enemigos bajo sus pies para "reunirlo todo en Cristo, las cosas del cielo y de la tierra" (Ef. 1, 10) y someterlo todo a Él (v. 2), en el día de su glorificación final (v. 3) porque "al presente no vemos todavía sujetas a Él todas las cosas" (Heb. 2, 8; 10, 12-13; cf. Mc. 16, 11 y nota). No hay pasaje, en todo el Antiguo testamento que no sea tan citado en el Nuevo como este Salmo, y San Pablo no se cansa de citarlo como mesiánico (I Cor. 15, 24 ss.; Ef. 1, 20 ss.; Col 3, 1; Heb. 1, 3; 5, 6; 7, 17; 8, 1; 10, 12-13), porque el Mesías es aquí proclamado Hijo de Dios (vv. 1 y 3), Rey futuro (vv. 2 y 3) y Sacerdote para siempre (v. 4). Para cada una de estas proclamaciones habla Dios en Persona, es decir, el Padre, tres veces sucesivas (vv. 1, 2, 4). En lo restante es David quien confirma la profecía explicando su sentido. "A mi Señor": A Cristo, al cual David llama proféticamente mi Señor (en hebreo Adoní; cf. v. 5 y nota) como Hijo de Dios (Salmo 2, 7). Vano parece detenerse a mostrar que esto no pudo dirigirse a Salomón, ni siquiera como "tipo" de Cristo, pues "aquel rey pacífico" nunca se pareció en nada al formidable Guerrero que aquí vemos. "Siéntate a mi diestra": Que esto no se refiere al Verbo eterno antes de su Encarnación, sino a Cristo después de su Ascensión, consta de muchos textos (Hech. 2, 34; 7, 55; Rom. 8, 34; Heb. 1, 8; I Ped. 3, 22). Sentarlo a su diestra como Hombre, equivale a otorgar a su Humanidad santísima la misma gloria que como Verbo tuvo eternamente y que Él había pedido en Jn. 17, 5 cf. Salmo 2, 7 y nota. "Hasta que Yo ponga, etc": Esto es hasta que llegue la hora (Heb. 10, 12 s.) en que el Padre se disponga a decretar el triunfo difinitivo del divino Hijo (v. 2 y 3) que en su primera venida fue humillado (v. 7). Equivale al otro artículo del Credo, según el cual desde la diestra del Padre "vendrá otra vez con gloria a juzgar a vivos y muertos y su reinado no tendrá fin".

Versículo 2: "Lo entregará Yahvé": Como lo anuncia Él en Salmo 2, 6: "Yo he constituído a mi Rey sobre Sión mi santo monte", diciendo luego a Cristo: "Pídeme y te daré en herencia las naciones y en posesión los términos de la tierra" (Salmo 2, 8). "El Héroe está asociado a Dios con una intimidad que hace pensar en la del Hijo del Hombre en Dn. 7, 13 s. y aún la sobrepuja por la precisión con que está expresada" (Calès). "Desde Sión impera, etc.": Así también Rembold, Ubach y otros. Esta puntuación es más exacta que si dijera: "Lo entregará Yahvé desde Sión": Pues, como bien dicen Calès, Lesêtre y otros, "su imperio partirá desde Sión (Is. 2, 3) y se extenderá sin límites, sin que ningún adversario pueda resistirle"; y así acabamos de ver que en Salmo 2, 6 el Rey es constituído "sobre" Sión y no "desde" Sión (cf. Miq. 4, 1 ss.; Salmo 43, 3; 64, 2; 67, 16 s.; 75, 3; 131, 13, etc). Es, como dice el Crisóstomo, una predicción de que un día Cristo someterá a su Reino la totalidad de sus enemigos, los judíos (Rom. 11, 26 s.) y los gentiles (Salmo 71, 11).

Versículo 3: El T.M. (Texto Masorético) está muy lastimado (algunos piensan que intencionalmente para destruir la riqueza mesiánica de la profecía), siendo muchas las variantes que se proponen. Felizmente se conserva el texto de los LXX, fundado en uno hebreo mucho más antiguo que el masorético, y a él podemos atenernos en estos casos. Como explica Teodoreto, el sentido de este v. es el mismo de Salmo 92, 2 (cf. nota), a saber: aunque Tú eres omnipotente, pues el Padre te engendró igual a Él desde la eternidad, manifestarás ese poder cuando vengas para el juicio y llenes de esplendor a tus santos.
"Tuya será la autoridad en el día, etc": Literalmente: "Contigo el principado en el día, etc". La Vulgata tradujo "principado" por "principio". El hebreo dice aproximadamente: "Tu pueblo (o "los prícipes") presuroso estará contigo el día de tu fortaleza sobre las santas montañas" (cf. v. 5; Zac. 13, 9; Rm. 11, 25 ss.). Otros, en vez de "fortaleza", dicen "llamado" (cf. Salmo 88, 16 y nota). En vez de "tu poderío" algunos vierten: "tu nacimiento", pero como así lo anunció el ángel a María (Lc. 1, 32 s.), sabemos que "el primer advenimiento fue en la humildad y despreciado" (Canon de Muratori, Ench. Patr. 268), y Aquel a quien los Magos buscaron como el Rey de los judíos (Mt. 2, 2) de a
cuerdo con Miq. 5, 2 (cf. Mt. 2, 6) lejos estuvo de ejercer entonces tal reinado sobre su ingrato pueblo (ni menos esa violencia con las naciones, descrita en los vv. 5 y 6). Así Él mismo lo declaró a Pilato sin perjuicio de de confirmar su dignidad real (Jn. 18, 33-38). "En los resplandores de la santidad (tuya)", pues el Salmo es un elogio de Cristo mismo, y destaca de este modo el resplandor de su aspecto el día de su venida en gloria, como lo mostró en la Transfiguración (cf. Mc. 9, 1 y nota). Otros vierten: "En los esplendores de tus santos (cf. Judas 14 y nota; Fil. 3, 20 s.; I Tes. 4, 16 s.). Bover-Cantera traduce: "entre sagrada pompa", Prado: "en fulgor santo".
"El te engendró":
Wutz, Rembold y otros usan aquí también el verbo en tercera persona, lo cual, como dice Calès, queda bien al contexto. Después de hablar el Padre en v. 2b, es el salmista quien habla en el v. 3. Mientras en el v. 1 y en el Salmo 2, 7 se trata de la glorificación de Cristo Hombre a la diestra del Padre, este texto, así vertido, alude a la generación eterna del Verbo, de donde se deduce la divinidad de Jesucristo por identidad de su naturaleza con la del Padre (cf. Heb. 1, 3; Sab. 7, 26 y notas).
"Del seno": Otros: como "Rey" (Wutz); "cual rocío" (Bover Cantera, Nácar Colunga, Prado). Rembold vierte así el último
hemistiquio: "El Señor te eligió Rey en los montes santos (cf. Salmo 2, 6). Otros, según el T.M. leen así este final: "En las bellezas de la santidad en el seno de la aurora: tú tienes el rocío de tu juventud", cosa, como se ve, demasiado insegura frente al texto que adoptamos, sólidamente apoyado, como hemos visto, por el contexto y los lugares paralelos. Sobre la procedencia divina de Jesús, cf. Is. 4, 2; 7, 14; 9, 6; Miq. 5, 2; Zaq. 13, 7, etc.
"Antes del lucero": Esto es, antes de toda creatura. Quizá podría verse en el "Lucero" una alusión a Satanás cuya derrota por el Mesías anuncia precisamente este Salmo. Es de notar que fuera de algunas menciones intrascendentes en Job (11, 17 y 38, 32), el nombre de Lucero (Lucifer) sólo se usa una vez más en el Antiguo Testamento: en Is. 14, 12 donde es aplicado al rey de Babilonia, figura de Satanás o en todo caso de la potestad anticristiana (cf. Jer. 51, 53; Apoc. 17 y 18). En cambio en el Nuevo Testamento ese mismo nombre (en griego "Heósforos", variante: "Fósforos") es usado una sola vez (II Pedro 1, 19), con referencia a la Parusía de Cristo, el cual había sido simbolizado por la Estrella de Jacob (Num. 24, 17) y anunciado en su Nacimiento por una estrella (Mt. 2, 2). En su segunda venida se llama a Sí mismo la Estrella Matutina (Apoc. 22, 16), anunciando con ese nombre el galardón de su Reino (Apoc. 2, 28), galardón que es Él mismo (Apoc. 22, 12).

Versículo 4: San Pablo, en la Epístola a los Hebreos, es el gran intérprete de este Salmo y especialmente de este pasaje, al que dedica casi íntegramente seis capítulos (de 4, 14 a 10, 25) citándolo constantemente para armonizarlo con el v. 1 (Heb. 5, 5-10; 6, 20; 7, 28; 8, 6; 10, 12 s.) y también con Salmo 2, 7 (Heb. 5, 5 s.), lo que muestra una vez más la correlación de ambos oráculos. Revela así maravillosamente el celestial sacerdocio de Cristo, que no se arrogó Él, sino que esperó a que el Padre se lo diera con el juramento que aquí vemos (Heb. 5, 4-6; 7, 17 y 28; 8, 6). Y así "una vez perfeccionado (por su Pasión) vino a ser causa de sempiterna salud para todos los que le obedecen, siendo constituído por Dios Sumo Sacerdote a la manera de Melquisedec" (Heb. 5, 9 s.; 6, 20), es decir, con un sacerdocio "para siempre" porque su vida es "indestructible" (Heb. 7, 16), dado que Él, resucitado, ya no puede morir como morían los demás sacerdotes (Heb. 7, 23). "El permanece siempre" (Heb. 7, 24; Rom. 6, 9; I Tim. 6, 16; Apoc. 1, 18) y vive para interceder por nosotros (Heb. 7, 25; 9, 24), "sentado a la diestra del Padre" (vv. 1 y 5; Heb. 8, 1) como Ministro del Santuario celestial (Heb. 8, 2; 9, 11 y 24) y Mediador del Testamento nuevo (cf. Heb. 8, 6-13; 9, 15; 10, 15-18), lo cual exigía la previa muerte del testador (Heb. 9, 16 s.; cf. Hech. 3, 22 y nota); y como el sacerdocio requiere víctima que ofrecer (Heb. 8, 13), Él ofrece su Sangre (Heb. 9, 14) pues "como Sumo Sacerdote de los bienes venideros... por la virtud de su propia sangre entró una vez para siempre en el Santuario, después de haber obtenido redención eterna" (Heb. 9, 11-12). Por lo cual "hemos sido santificados una vez para siempre por la oblación del Cuerpo de Jesucristo" (Heb. 10, 10), quien, "ofreciendo por los pecados un solo sacrificio" (Heb. 10, 12), a diferencia de los antiguos sacerdotes que sacrificaban víctimas cada día, "para siempre está sentado a la diestra de Dios aguardando lo que resta para que sus enemigos sean puestos por escabel de sus pies" (Heb. 10, 12-13). Muestra en fin el Apóstol a los Hebreos, cuán grande es la significación de este versículo que él llama "juramento posterior a la Ley" (Heb. 7, 28) y merced al cual tenemos "confiado acceso al Santuario celestial" (Heb. 10, 19) para recurrir al "gran Sacerdote establecido sobre la casa de Dios" (Heb. 10, 21), al cual, dice, "lleguémonos con corazón sincero, en plenitud de fe" (Heb. 10, 22) y caridad de unos con otros (ibíd. 24) y "confesión de nuestra esperanza" en su gloriosa venida (ibíd. 23 y 25).
"A la manera de Melquisedec": (Así también Vaccari, Bover-Cantera, Calès, Wutz, Ubach, Sánchez Ruiz, etc.). Véase sobre esto Heb. 7, 1 ss. donde San Pablo muestra la admirable figura de Cristo que fue Melquisedec, sacerdote y rey (Gn. 14, 18; cf. Zac. 6, 12 s.; Ez. 44, 3; 45, 15 ss. y 22 ss.; 46, 2 ss.) de Salem o Jerusalem (Salmo 86, 3 y nota), de paz (cf. Salmo 45, 10; Is. 11, 6-9) y de justicia (cf. Salmo 71, 2 y 7; Is. 32, 1; Jer. 23, 5 ss.; 33, 15 ss.). Su sacerdocio fue distinto del de Aarón, no obstante las promesas hechas a éste y a sus descendientes (Ex. 40, 12 s.; Núm. 25, 13; Ecli. 45, 19; cf. Salmo 105, 30; 117, 2), porque ellos murieron, en tanto que Melquisedec "vive" (Heb. 7, 8) y "permanece sacerdote a perpetuidad" (ibíd. v. 3). Sobre sacerdocio cf. Ecli. 24, 14; Heb. 8, 4; I Ped. 2, 9; Apoc. 1, 6; 5, 10.

Versículo 5: El Hijo está hoy a la diestra del Padre como en el v. 1, ejerciendo su Sacerdocio (v. 4) en una continua intercesión por nosotros (Heb. 7, 24 s.), a la espera de que el Padre le cumpla la promesa del v. 2 (Heb. 10, 12 s.), para cumplir Él a su vez las hazañas del v. 6. Leemos, pues, al principio "Adoní" (mi Señor) y no "Adonai" (el Señor), lo mismo que Ubach, Wutz, Calès y otros porque, como muy bien lo dice este último: "es el Mesías quien está a la diestra de Yahvé, de igual modo que en el v. 1 s., y quien realiza lo que se expresa por verbos de los vv. 5-7. No hay otra solución posible para el v. 7, porque no es Dios Padre quien "bebe del torrente en el camino". Y por lo tanto tampoco es Él quien ejecuta los actos enumerados en los vv. 5 y 6, a menos de admitirse una incoherencia (cf. Mt. 26, 64; Lc. 22, 69)".
"Destrozará, etc.": Algunos vierten "destroza, etc." poniendo los verbos en presente profético (cf. Salmo 2, 9; 44, 4-6; 67, 22).
"En el día de su ira": Esto es, de "la ira del Cordero" (Apoc. 6, 17). Cf. v. 6; Sof. 1, 14 ss.,; Mt. 23, 41; Rm. 2, 5 y 8; II Tes. 1, 7-10. Como observan los comentadores, este juicio, en el cual no se alude a la suerte de los justos, es descrito con los caracteres de una batalla terrible, donde el Mesías no economiza sus fuerzas pero en la que obtiene también un triunfo deslumbrante. Cf. Apoc. 16, 14 y 16; 17, 14; 19, 19.


Versículo 6: "Juzgará": Otros vierten: "hará justicia". Sobre el significado de esta expresión véanse los Salmos 92-99; 100, 2 y nota. Cf. Salmo 88, 28; Apoc. 11, 15.
"Las naciones": Literalmente: "los gentiles", como en el Salmo 2, 8 (cf. Ez. 30, 3; Dn. 2, 45; Lc. 21, 24; Rm 11, 25).
"Amontonará cadáveres": También en esta violencia concuerda con el Salmo 2, 9. Cf. Salmo 110, 7; Joel 3, 9-17; Zac. 14, 1-4; Mt. 25, 32; Lc. 19, 27; Apoc. 19, 11-21 s.
"La cabeza": Así literalmente y en singular. El sentido parece ser: "al jefe", como leen algunos, refiriéndose al Anticristo. Cf. v. 5 y nota; Salmo 149, 6-9; Apoc. 2, 27; 19, 15. Rembold vierte así:
"Juzgará a los gentiles inflados de soberbia".

Versículo 7: Los SS. PP. (Santos Padres) han visto en este versículo el contraste entre ambas venidas del Mesías (cf. v. 3 y nota), o sea, entre este gran triunfo anunciado a Cristo Rey y el supremo rebajamiento de su Encarnación (cf. Fil. 2, 7 s. y nota) y de su Pasión, en la cual, para ir del Cenáculo a Getsemaní, atravesó y quizá bebió "del torrente Cedrón" (Jn. 18, 1), como lo había dicho, en un momento semejante, el mismo David, que tantas veces fue figura de Él (II Rey. 15, 23). Cf. Is. 61, 1 s. y nota). Los modernos tienden a interpretar este pasaje en el sentido de que el Héroe divino, como los guerreros de Gedeón (Juec. 7, 5 s.), apenas beberá un sorbo de agua al pasar, no dándose tregua ni retirándose a descansar hasta el completo aniquilamiento de los enemigos. Entonces, cuando no existan ya los que dijeron como en la parábola: "No queremos que este reine sobre nosotros" (Lc. 19, 14 y 27), lo veremos a nuestro amable Rey, que tiene "un Nombre sobre todo nombre" (Fil. 2, 9), levantar triunfante para siempre la sagrada Cabeza que nosotros coronamos de espinas (Jn. 19, 2 s.) y que los ángeles adoraron (Jn. 20, 7). Lo veremos y lo verán todos (Apoc. 1, 7), aun los que le traspasaron (Zac. 12, 10; Jn. 19, 37) y celebrarán su triunfo los ángeles, que están deseando ver aquel día (I Ped. 1, 7-12).






(Los subrayados "parusíacos" son nuestros)

miércoles, 9 de noviembre de 2011

El Primer Discurso Infalible de un Papa



EL PRIMER DISCURSO INFALIBLE DE UN PAPA

Hech 2, 14-36:

14Entonces Pedro, poniéndose en pie junto con los once, alzó su voz y les habló:



"Varones judíos y todos los que vivís en Jerusalén, sea esto de vuestro conocimiento y prestad atención a mis palabras, 15 porque éstos no están borrachos como vosotros suponéis, pues apenas es la hora tercera del día; 16 sino que esto es lo que fue dicho por medio del profeta Joel:

17 Y SUCEDERA EN LOS ULTIMOS DIAS--dice Dios-- QUE DERRAMARE DE MI ESPIRITU SOBRE TODA CARNE; Y VUESTROS HIJOS Y VUESTRAS HIJAS PROFETIZARAN,VUESTROS JOVENES VERAN VISIONES,Y VUESTROS ANCIANOS SOÑARAN SUEÑOS; 18 Y AUN SOBRE MIS SIERVOS Y SOBRE MIS SIERVAS DERRAMARE DE MI ESPIRITU EN ESOS DIAS, y profetizarán. 19 Y MOSTRARE PRODIGIOS ARRIBA EN EL CIELO Y SEÑALES ABAJO EN LA TIERRA: SANGRE, FUEGO Y COLUMNA DE HUMO. 20 EL SOL SE CONVERTIRA EN TINIEBLAS Y LA LUNA EN SANGRE, ANTES QUE VENGA EL DIA GRANDE Y GLORIOSO DEL SEÑOR. 21 Y SUCEDERA QUE TODO AQUEL QUE INVOQUE EL NOMBRE DEL SEÑOR SERA SALVO.

22 Varones de Israel, escuchad estas palabras: A Jesús de Nazaret, hombre acreditado por Dios entre vosotros con milagros, prodigios y señales que Dios hizo en medio de Él entre vosotros, como vosotros mismos sabéis, 23 a éste, entregado por el designio determinado y la presciencia de Dios, clavasteis en una cruz por manos de impíos y le matasteis, 24 a quien Dios resucitó, poniendo fin a la agonía de la muerte, puesto que no era posible que El quedara bajo el dominio de ella. 25 Porque David dice de El: VEIA SIEMPRE AL SEÑOR EN MI PRESENCIA; PUES ESTA A MI DERECHA PARA QUE YO NO VACILE. 26 POR LO CUAL MI CORAZON SE ALEGRO Y MI LENGUA SE REGOCIJO; Y AUN HASTA MI CARNE DESCANSARA EN ESPERANZA; 27 PUES TU NO ABANDONARAS MI ALMA EN EL HADES, NI PERMITIRAS QUE TU SANTO VEA CORRUPCION. 28 ME HAS HECHO CONOCER LOS CAMINOS DE LA VIDA; ME LLENARAS DE GOZO CON TU PRESENCIA.

29 Hermanos, del patriarca David os puedo decir confiadamente que murió y fue sepultado, y su sepulcro está entre nosotros hasta el día de hoy.30 Pero siendo profeta, y sabiendo que DIOS LE HABIA JURADO SENTAR a uno DE SUS DESCENDIENTES EN SU TRONO, 31 miró hacia el futuro y habló de la resurrección de Cristo, que NO FUE ABANDONADO EN EL HADES, NI su carne SUFRIO CORRUPCION. 32 A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos. 33 Así que, exaltado a la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís. 34 Porque David no ascendió a los cielos, pero él mismo dice:

DIJO EL SEÑOR A MI SEÑOR: "SIENTATE A MI DERECHA, 35 HASTA QUE PONGA A TUS ENEMIGOS POR ESTRADO DE TUS PIES". 36 Por lo cual sepa toda la casa de Israel con certeza que Dios ha constituído Señor y Cristo a este mismo Jesús que vosotros clavasteis en la cruz."

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Nueve Comentarios de Msr. Straubinger:

Versículos 17 y siguientes: "Sobre toda carne": Sobre todos los hombres. Esta profecía (Joel 2, 28-32; cf. Is. 44, 3), además de su cumplimiento en Pentecostés,
TIENE UN SENTIDO ESJATOLÓGICO, como se ve en los v. 19 s. ("Versículos 19 y siguientes") referentes a los fenómenos cósmicos que están anunciados para los últimos tiempos (cf. Mt. 24, 29; Apoc. 6, 12), o sea, para "el día del Señor" (v. 20), cuya venida los primeros cristianos esperaban "de hora en hora", como dice San Clemente Romano. Cf. 1, 6; I Cor. 1, 8; 7, 29; Fil. 4, 5; I Tes. 5, 2; Heb. 10, 25 y 37; Sant. 5, 8; II Pedr. 3, 9; etc. "Téngase presente que en los Evangelios y en todo el Nuevo Testamento se habla muchas veces de la primera venida de Jesucristo y luego se pasa a hablar de la segunda" (Biblia de El Paso). De ahí las palabras después de esto con que empieza el citado texto de Joel (2, 28, que en el hebreo es 3, 1). Crampon allí observa: "A la restauración en el orden temporal sucederá, por el poder del Espíritu de Dios, una admirable floración espiritual, que se extenderá a todas las clases del pueblo de Dios. A todos hablará Dios por sueños y visiones, es decir, por las dos formas principales de las revelaciones proféticas, que antes no eran concedidas sino a un pequeño número de hombres". La misma expresión después de esto usa Santiago en 15, 16.


Versículo 22: "Que Dios hizo por medio de Él". San Pedro y todos los apóstoles cuidan de mantener esta profunda verdad que el mismo Jesús no se cansaba de repetir y que no es sino la absoluta y total humillación del Hijo ante el Padre (Fil. 2, 6-8). Pudiendo el Verbo por su propia virtud divina, que recibe del Padre eternamente, nunca hizo obra alguna, ni aun la propia Resurrección (v. 24), sino por su Padre a fin de que toda la gloria fuese para el Padre (Heb. 5, 4 ss.). No hay cosa más sublime que sorprender así en el mismo seno de la Divina Familia, el espectáculo de esa fidelidad del Hijo por una parte, y por la otra el amor infinito con que el Padre elogia a Jesús (Salmo 44, 3 ss.) y le da "un Nombre que es sobre todo nombre" (Filip. 2, 9).

Versículos 24 y siguientes: Sobre este notable anuncio de la
Resurrección de Jesús en el Antiguo Testamento, cf. Hech 3, 22, donde se comenta: "Os sucitará un profeta puede traducirse también: Os resucitará un profeta. Según esta interpretación, el celebre vaticinio de Moisés sobre el Mesías (Deut. 18, 15) anunciaría que tales profecías habían de cumplirse en Él después de muerto y resucitado. Lucas al narrar, y Pedro al hablar aquí, usan en griego el verbo anastesei (lo mismo que el texto de Moisés en los LXX, que es la versión citada por San Pedro), cuyo sentido principal es resucitará, y repiten el mismo verbo en el v. 26, donde tal sentido es evidente y exclusivo de todo otro: levantar de entre los muertos. Esta versión tiene en su favor circunstancias importantes, puesto que Pedro está hablando de la Resurrección de Jesús, y su intención expresa es aquí (como en Hech. 2, 24 ss., donde usa el mismo verbo), mostrar precisamente que esa resurrección estaba anunciada desde Moisés, como lo estaba por David (véase 2, 25 ss., Salmo 15, 8 ss. y 2, 30; Salmo 131). Igual testimonio que éstos de Pedro, da Pablo en Hech. 13, 33 ss., con idénticos argumentos y usando el mismo verbo. Por lo demás, Jesús ya lo ha dicho a los discípulos de Emaús (uno de los cuales era tal vez el mismo Lucas) llamándolos "necios y tardos de corazón" en comprender que su rechazo por Israel, sus dolores, muerte y resurrección estaban previstos, para lo cual "comenzando por Moisés" les hizo interpretación de las profecías (Lc 24, 25-27). Y el mismo Lucas relata luego que, a fin de hacerles comprender esos anuncios, el divino Maestro "les abrió la inteligencia para que entendiesen las Escrituras" y les dijo que estaba escrito "en Moisés, en los Profetas y en los Salmos" que el Cristo sufriese "y resucitase de entre los muertos al tercer día" (Lc. 24, 44-46).

Versículos 25 y siguientes: Véase el Salmo 15, 8-11. En el versículo 8 comienza la cita dogmática que San Pedro hace de este pasaje como profecía en Hech 2, 25-28. Considerado desde otro punto vista, para la vida espiritual, este constante cultivo de la Presencia de Dios, es, según San Buenaventura, la más preciosa espiritualidad, pues a cada instante aumenta en nosotros las virtudes teologales, por nuevas luces del Espíritu Santo, y equivale a la oración constante de que nos habla San Pablo (I Tes. 5, 17); pues este divino Espíritu ora en nosotros con gemidos inefables (Rom. 8, 26) y derrama en nuestros corazones la caridad de Dios (Rom. 5, 5). Esa presencia delante del Padre ha de ser filial, es decir, eminentemente confiada, teniendo en cuenta que Él nos mira con infinito amor y bondad (cf. Salmo 102, 13), y se traslada Él mismo a nuestra alma juntamente con Jesús (cf. I Jn 3, 1; Jn 14, 23, etc.)/ En el versículo 9: "Descansará segura": En la esperanza de la resurrección (San Agustín)./ Versículo 10: "Alma": Significa vida, todo el hombre. Aquí se muestra a todas luces el carácter mesiánico de este Salmo. David no habla por su propia persona, sino en representación de Jesucristo, quien predice su Resurrección. (véase Hch. 2, 25 ss. y 13, 34 ss.)./ Versículo 11: "Las delicias de tu diestra": Aquí no se trata ya sólo de la unión espiritual con el Esposo, que el Cantar presenta como el abrazo de su diestra (Can. 2, 2 y 8, 3); en sentido mesiánico alude a la Humanidad santísima del mismo Cristo sentado para siempre a la diestra del Padre y recibiendo la misma gloria que eternamente tuvo el Verbo en el seno de la divina Trinidad (cf. Jn 14, 10 ss.; 16, 16 y 28; 17, 21 ss.). Allí está Él desde su Ascensión hasta que venga para hacer nuestro cuerpo semejante al suyo (Hch. 3, 20 s.; Filip. 3, 20 s.). Y entretanto sólo piensa en rogar por nosotros (Jn. 14, 16; Rm. 8, 34; Heb. 7, 25), pues la gloria que Él ansía dar al Padre consiste en obtener para nosotros el sumo bien (Jn. 17, 2). /

David no habla por su propia persona, sino en representación y como figura de Jesucristo. Véase la explicación que San Pedro da en los v. 29 ss.
"Está a mi dercha para que yo no vacile": Esa asistencia constante que el Padre prestó a su Hijo amadísimo (v. 22 y nota; Jn 8, 29), para sostenerle en su Pasión (Salmo 68, 21) es una gran luz para comprender el abandono de que habla Cristo en la Cruz (Mt. 27, 46; Mc. 15, 34; Salmo 21, 2) no significa que el Padre retirase de él su sostén (eso habría sido desoír la oración de Cristo), sino, como bien observa Santo Tomás, que lo abandonaba "en manos de los hombres" (Mt. 17, 22) en vez de mandar contra ellos ¡"más de doce legiones de ángeles"! (Mt 26, 53).

Versículo 30: Véase en II Rey. 7, 8 ss. esta promesa, que fue recordada por el Salmo de Salomón (S. 131, 11), por el de Etán (S. 88, 20-38) y ratificada por el ángel a María (Lc. 1, 32). San Pablo la reitera en Antioquía de Pisidia (Hch. 13, 32 ss.).


Versículo 31: "Habló de la Resurrección de Cristo" Véase la profecía de Moisés invocada en igual sentido por el Apóstol (Hch. 3, 22)


Versículo 33: "La Promesa del Espíritu Santo": Por donde se ve que fue con su Pasión cómo Cristo conquistó para nosotros el Espíritu Santo, según lo confirma S. Juan (Jn. 7, 39). Sobre el valor infinito de este don, cf. Jn. 14, 26; 15, 26; 16, 7 y notas.

Versículos 34 y siguientes: Véase Salmo 109, 1 y nota. El mismo Jesús explicó esta profecía en Mt. 22, 41-46 como prueba de su divinidad. Pedro la usa aquí (v. 36), lo mismo que San Pablo (Heb. 1, 8-13; I Cor. 15, 25), como anuncio del futuro triunfo de Cristo.

Versículo 36: "Ha constituído": Cf. Salmo 109, 4 y nota.

martes, 8 de noviembre de 2011

Regocijarse en el Fin del Mundo



El siguiente mensaje fue dejado en la entrada TODOS NOS CONDENARÍAMOS:


"Ustedes se ponen contentos de que llegue el fin del mundo, eso es terriblemente triste".


Ante tal "mundanismo", contesta la Voz Infalible de la Iglesia:



Papa San Gregorio Magno (600 d.C.):

“Puesto que está escrito: ‘Todo aquel, pues, que quiere ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios’ (Santiago 4, 4). Todo aquel, pues, que no se regocija por la llegada del fin del mundo, atestigua que es amigo de él, y por esto se manifiesta ser un enemigo de Dios”.

Con respecto a lo que agrega después, de que el fin del mundo no está próximo, dice Nuestro Señor:

Mateo 24, 33:

"Así también ustedes, CUANDO VEAN TODAS ESTAS COSAS, sepan que Él está cerca, a las puertas".


Algunas de todas estas cosas, las puede ver en este enlace LA DENUNCIA PROFÉTICA (Son actualísimas, y nada "felices" para el mundo).


martes, 25 de octubre de 2011

TODOS NOS CONDENARÍAMOS



NADIE SE SALVARÍA. ABSOLUTAMENTE TODOS NOS CONDENARÍAMOS.

¿Cómo será ese tiempo parusíaco para que Nuestro Señor diga que si no se acortara NADIE SE SALVARÍA?
Así se adelantó en las Bodas de Caná (Juan 2, 4-10), en la que tanto tuvo que ver la intervención de la Siempre Virgen María como ahora. Sólo quien descubra la potestad del demonio en casi TODOS lados, podrá comprender la realidad actual y final del Presente de la Iglesia Católica (con posibilidades de reducirse a 12 o a menos hombres) ¿Qué tan pequeña puede ser la pequeña grey? ¿Adónde hay un católico hoy por hoy? ¿Adónde uno que guarde la misma doctrina y la misma conducta que nuestros piadosos y cristianos padres mediavales conservaron dentro del Seno de la Iglesia? ¿Estás muy seguro de serlo?

¿Cómo puede imaginárse ese mundo que culmina toda profecía, para que Él mismo diga que NADIE SE SALVARÍA? ¡NADIE SE SALVARÍA!

Para que una situación perdurase de tal manera que NADIE se salve, no debería haber vida santa, no debería haber vida sacramental, no debería haber verdadera vida evángelica ni creencia puramente doctrinal, ni oración, ni sacrificios, ni fe, ni devoción; sin verdadero pastor guiando ni verdadera oveja siendo guiada. Se podría llegar a ese panorama si no se adelantara Nuestro Señor a Venir. Y por eso mismo se pregunta si HABRÁ FE SOBRE LA TIERRA CUANDO VUELVA.

Mateo 24, 22: "Y si aquellos días no fueran acortados, nadie se salvaría; pero por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados".

Lucas 18, 8: "Cuando el Hijo del Hombre venga, ¿hallará fe sobre la tierra?"

Lucas 17, 26: "Tal como ocurrió en los días de Noé, así será también en los días del Hijo del Hombre".




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