El relicario con los restos del papa Celestino V, que presidía el altar principal de la basílica de Collemaggio de la ciudad italiana de L'Aquila, uno de los templos más afectados por el seísmo, fue recuperado sin daño alguno y trasladado a lugar seguro.
La bóveda románica de Santa María di Collemaggio se derrumbó sobre el lugar donde se encuentra la tumba y se temió por la suerte de la urna que contiene los restos del Pontífice, el único que renunció al cargo.
Elegido Papa en 1294, el eremita Pietro del Morrone fue coronado en esa basílica con el nombre de Celestino V. Pero cien días después, harto de la pompa e intrigas pontificias, renunció, abandonó Roma y regresó a L'Aquila.
En una operación supervisada por el rector de la Basílica de Collemaggio, Nunzio Spinelli, bomberos, miembros de protección civil y de la guardia de Finanzas sacaron la urna de debajo de los escombros y la trasladaron a un lugar seguro del templo, que se alza en las afuera de L'Aquila, informó Fabio Carapezza Guttuso, responsable de la Comisión de Bienes Culturales de la ciudad.
No es la primera vez que los restos de Celestino V, que fue santificado en 1303, se salvan de un terremoto. Ya en 1703, durante otro temblor de tierra, el techo construido en 1287 aguantó los temblores y la urna no se vio afectada.
La bóveda románica de Santa María di Collemaggio se derrumbó sobre el lugar donde se encuentra la tumba y se temió por la suerte de la urna que contiene los restos del Pontífice, el único que renunció al cargo.
Elegido Papa en 1294, el eremita Pietro del Morrone fue coronado en esa basílica con el nombre de Celestino V. Pero cien días después, harto de la pompa e intrigas pontificias, renunció, abandonó Roma y regresó a L'Aquila.
En una operación supervisada por el rector de la Basílica de Collemaggio, Nunzio Spinelli, bomberos, miembros de protección civil y de la guardia de Finanzas sacaron la urna de debajo de los escombros y la trasladaron a un lugar seguro del templo, que se alza en las afuera de L'Aquila, informó Fabio Carapezza Guttuso, responsable de la Comisión de Bienes Culturales de la ciudad.
No es la primera vez que los restos de Celestino V, que fue santificado en 1303, se salvan de un terremoto. Ya en 1703, durante otro temblor de tierra, el techo construido en 1287 aguantó los temblores y la urna no se vio afectada.
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