Hoy, en la festividad de San Francisco de Asís, queremos honrar y alabar a Dios con su profundo y tradicional Cántico de las Criaturas. Un cántico que, en paralelo al Salmo 148 entre otros, reclama la alabanza de toda la Creación a Dios; y no a la inversa, donde la apostasía mundial HOY, somete lo más sagrado a postrarse ante la última criatura, digna no de ser adorada para nada; sino de también adorar con su propia existencia y darle honra y honor al único y verdadero Dios, Uno y Trino, que no puede engañarse ni engañarnos ni ahora ni en ningún tiempo. Ese Dios, el Dios de los católicos, es el Dios que merece la Alabanza de todo lo que Él sabiamente ha creado y puesto en este mundo:
CÁNTICO DE LAS CRIATURAS
(SAN FRANCISCO DE ASÍS)
ALTÍSIMO, OMNIPOTENTE Y BUEN SEÑOR, a Ti loor y gloria, honor y toda bendición: a Ti solo, Altísimo, Te convienen, y ningún hombre es digno de nombrarte.
¡Alabado sea, mi Señor, en todas las creaturas tuyas, especialmente el señor hermano Sol, por quien nos das el día y nos alumbras, y es bello y radiante con grande esplendor: de Ti, Altísimo, es significación!
¡Alabado seas, mi Señor, por la hermana Luna y las Estrellas: en el cielo las formaste claras y preciosas y bellas! ¡Alabado seas, mi Señor, por el hermano Viento, por el Aire y la Nube, por el Cielo sereno y todo Tiempo: por ellos a tus creaturas das sustento!
Alabado seas, mi Señor, por la hermana Agua, la cual es muy útil y humilde, preciosa y casta!
¡Alabado seas, mi Señor, por el hermano Fuego: por él nos alumbras la noche, y es bello y alegre, vigoroso y fuerte!
¡Alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre Tierra, que nos mantiene y sustenta, y produce los variados frutos con las flores coloridas y las hierbas!
¡Alabado seas, mi Señor, por quienes perdonan por tu amor, y soportan enfermedad, tribulación: bienaventurados quienes las soporten en paz, porque de Ti, Altísimo, coronados serán
¡Alabado seas, mi Señor, por nuestra hermana la Muerte corporal de quien ningún hombre viviente puede escapar! ¡Ay de aquéllos que mueran en pecado mortal! ¡Bienaventurados los que encuentre cumpliendo tu muy santa voluntad: pues la muerte segunda no les podrá hacer mal!
¡Alabad y bendecid a mi Señor y gracias dad, y servidle con grande humildad!
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