domingo, 24 de enero de 2016

El "Cura" Sanador Ignacio Peries amigo del Antipapa Francisco, de los Abortistas, Homosexuales y Enemigo de Cristo y de su Iglesia



El "Cura" Sanador Ignacio Peries, 
amigo del Antipapa Francisco, de los Abortistas, Homosexuales y 
Enemigo de Cristo y de su Iglesia

Recordemos que el tal falso profeta Ignacio Peries ni siquiera es sacerdote válido, dado que no ha sido ordenado con las únicas y válidas materia y forma tradicionales, necesarias para el Sacramento. No nos ocuparíamos de él si no fuera lo terriblemente popular, influyente y "milagroso" como para obligarnos a denunciarlo como Falso Profeta. Y, si bien es cierto que hemos dedicado ya un artículo de advertencia (Ver La Mentira del "Padre" Ignacio Peries), vale la pena agregar estos hechos sucedidos un año después de nuestra denuncia.

Veamos primero la repercusión pública en la Argentina, a través de esta entidad nacional, por su programa televisivo del 2013:

La plataforma de defensa de la familia Argentinos Alerta denunció que el "Padre" Ignacio Periés, sacerdote natural de Ceilán, dedicó la edición del 25 de diciembre de 2013 de su programa televisivo a promover el mal llamado “matrimonio” gay y la adopción de parejas homosexuales.

El "Padre" Periés invitó al programa a dos parejas gay y una de lesbianas, asegurando que “mi intención es, a través de ustedes, hacer conocer los sentimientos de dos personas que aman, conviven, comparten”.
El programa televisivo fue emitido para la ciudad argentina de Rosario y por varios canales de cable.
El sacerdote aseguró que “es lindo conocer la realidad y también cambiar nuestros conceptos, dar al posibilidad de que cada ser humano viva con su libertad”, añadiendo que “el amor es algo que va más allá de lo físico”.
"Ustedes están rompiendo tradición, cultura, sentimientos de muchos, ¿no?, porque todo lo que escuchamos para muchos va a ser una novedad, más que otra cosa. Por eso es importante dar tiempo a que la gente se acostumbre, piense, analice, y acepte esta hermosa realidad que ustedes viven. Para alguno puede ser un shock”, dijo.
El presbítero calificó el encuentro en su programa como “una vivencia muy hermosa, muy diferente, las dos son mamás, con mellizos, con dos hijos, ¡qué hermoso! ¿no? ojalá que Dios las bendiga, y les de lo mejor para compartir este techo, este hogar, que ustedes hacen con un nuevo concepto de la familia”.
Entre los simbólicos invitados del sacerdote se presentaron la primera pareja homosexual que adoptó en Argentina, Iván D´Ortona y Ezequiel Rivero, la primera pareja de la ciudad de Rosario en contraer “matrimonio” gay y Loreley Flores y Alejandra Butticé, así como Guillermo Lovagnini, un militante de la Asociación Civil Vox, que promueve la ideología de género.
Otro caso presentado en el programa es el de Loreley Flores y Alejandra Butticé. Loreley es madre de dos varones fruto de una relación heterosexual previa, mientras que Alejandra se ha sometido a un proceso de fertilización con el que consiguió quedar embarazada de mellizas, que ya tienen dos meses de nacidas.
Entrevistado por ACI Prensa el 9 de enero, Martín Patrito, miembro de la comisión directiva de ArgentinosAlerta, criticó que “el Padre Ignacio eligió el día de Navidad para promover el ‘matrimonio’ homosexual y la adopción por parejas del mismo sexo en su popular programa televisivo ‘Huellas de Navidad’ que se emitió en la Ciudad de Rosario por Canal 3 el pasado 25 de diciembre de 2013”.
“Abordando esta problemática desde un plano sensible y tomando como modelo de familia moderna a este tipo de uniones, el programa resultó una apología de la ideología de género por parte del sacerdote rosarino”.
Patrito remarcó que la visión propuesta por el sacerdote “no resiste el menor análisis, pues si el matrimonio fuera tan sólo una cuestión de sentimientos, también debería permitirse entre hermanos, entre varios hombres, entre varias mujeres, entre un hombre y varias mujeres, entre una mujer y varios hombres, y por qué no también con una mascota”.
“En esta visión del matrimonio basada solamente en la satisfacción de necesidades personales, el sacerdote presentó con toda superficialidad el tema de la adopción: un bebé adoptado por una pareja de homosexuales y mellizas nacidas por inseminación artificial, en el caso de la pareja de lesbianas. Nada se habló del derecho natural que tienen estos bebés de ser criados por un padre y una madre”.
El líder pro-familia recordó que el sacerdote dijo en su programa que “hay que experimentar la realidad de la vida”.
“Efectivamente, la adopción por parejas del mismo sexo constituye uno de los tantos experimentos de la ingeniería social que fomenta la ideología de género”, advirtió Patrito.
“Finalmente, ha resultado lamentable la insistencia del sacerdote en fomentar las críticas a la Iglesia Católica respecto de su clara postura ante el mal llamado matrimonio homosexual”.
El directivo de ArgentinosAlerta denunció que el P. Periés “se encargó de preguntar a todos los entrevistados si en esta materia la Iglesia debía cambiar algo, buscando forzar que solicitaran el sacramento del Matrimonio”.
“El padre Ignacio está causando una gran confusión y no ha tenido la honestidad intelectual de aclarar que su visión ideologizada del matrimonio se contrapone con el de la Iglesia Católica”, señaló.
(Fuente: Aciprensa)

Puede ver las pruebas del escándalo (Prohibido a la vista de cualquier menor sin la debida autorización, explicación y compañía de un Adulto), en el siguiente enlace de video:



Para mayor evidencia de su falsía profética; que se autoproclama, blasfema y ofensivamente, ser intermediaria entre Dios y los hombres; veamos qué incluye la misma Wikipedia sobre él:

"El 6 de agosto de 2013 un edificio de Rosario se derrumbó, causando la muerte a varias personas, el padre Ignacio Peries dijo que Santiago Laguía, uno de los desaparecidos, seguía vivo, “Nos dijo que mi hijo está con vida, que él puede sentir los latidos de su corazón, que puede estar shockeado o mareado pero que lo busquemos y nos indicó que específicamente fuéramos a las zonas verdes de la ciudad” explicó la madre de Santiago 2 Un amigo de Santiago dijo algo parecido: “La búsqueda en ese lugar específico se basa en varios testimonios que indican que lo vieron por ahí. El Padre Ignacio manifestó en tres oportunidades que ve signos vitales, que no entiende porque no lo encuentran, y que ve verde”, dijo cuando fue consultado por la relación del cura con los sitios elegidos para la búsqueda. Finalmente Santiago fue encontrado en el lugar del derrumbe, donde había fallecido el día de la tragedia."
(Fuente: Wikipedia)

Las Sagradas Escrituras son muy claras en condenar la Homosexualidad y a los Falsos Profetas, queda en cada alma el preferir curarse de cualquier dolencia y enfermedad, a costillas de vender el alma al diablo; pues el mismo Cristo enviará al Infierno Eterno donde no termina el dolor, tanto al Hereje que sanó EN y POR su Santísimo Nombre Divino, como a aquel que ha seguido a tal hereje, despreciando su Santa Doctrina:

Romanos 1- “Porque habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias; sino que devanearon en sus discursos, y quedó su insensato corazón lleno de tinieblas… ellos que habían colocado la mentira en el lugar de la verdad de Dios, dando culto y sirviendo a las criaturas en lugar de adorar al Creador, el cual es bendito por todos los siglos. Amén. Por eso los entregó Dios a pasiones infames. Pues sus mismas mujeres invirtiendo el uso natural, en el que es contrario a la naturaleza. Del mismo modo también los varones, desechado el uso natural de la hembra, se abrasaron en amores brutales de unos con otros, cometiendo torpezas nefandas varones con varones, y recibiendo en sí mismo la paga merecida de su obcecación… los que hacen tales cosas, son dignos de muerte, y no sólo los que las hacen, sino también los que aprueban a los que las hacen”.

Isaías 3, 9 – El semblante que presentan da testimonio contra ellos; pues, como Sodoma, hacen alarde de su pecado, ni lo encubren: ¡Ay de su alma de ellos! porque se les dará el castigo merecido”.

Judas 1, 7: Así como Sodoma, y Gomorra, y las ciudades comarcanas, siendo reas de los mismos excesos de impureza y entregadas al pecado nefando, vinieron a servir de escarmiento, sufriendo la pena del fuego eterno”.

Levítico 18, 22: “No cometas pecado de sodomía, porque es una abominación”.

Levítico 20, 13: El que pecare con varón como si éste fuera una hembra, los dos hicieron cosa nefanda: mueran sin remisión: caiga su sangre sobre ellos”.

Deuteronomio 23, 17: “No haya entre las hijas de Israel ninguna ramera; ni hombre fornicador entre los hijos de Israel”.

1 Reyes 14, 24: Y aun hubo también en el país hombres afeminados, que renovaron todas las abominaciones de aquellos pueblos que el SEÑOR había destruido al presentarse los hijos de Israel”.

1 Reyes 15, 11-12: “E hizo Asa lo que era justo delante del SEÑOR, como su padre David; y extirpó del país a los afeminados: y le limpió de todas las inmundicias de los ídolos fabricados por sus padres”.

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Mateo 24, 24-25: Porque se levantarán falsos mesías y falsos profetas, y obrarán grandes señales y prodigios para inducir a error, si posible fuera, aun a los mismos elegidos. Mirad que os lo digo de antemano”.

Mateo 7, 21-23: "No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre, que está en los cielos, ése entrará en el reino de los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿pues no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre lanzamos los demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces yo les diré claramente: nunca os conocí. Apartaos de mí los que obráis la iniquidad"


Mateo 7, 15-20: "Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, y dentro son lobos rapaces: por sus frutos los conoceréis. ¿Por ventura cogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así todo árbol bueno lleva buenos frutos; y el mal árbol lleva malos frutos. No puede el árbol bueno llevar malos frutos, ni el árbol malo llevar buenos frutos. Todo árbol que no lleva buen fruto, será cortado y metido en el fuego. Así, pues, por los frutos de ellos los conoceréis"

miércoles, 20 de enero de 2016

De un Músico Católico a un Rey Católico


De un Músico Católico a un Rey Católico

No hemos querido dejar de apreciar, apropósito de las famosas líneas con las que le dedicara nada menos que al Rey Católico de España Felipe II las mejores misas compuestas por él, el sacerdote y compositor de Música Sacra: Tomás Luis de Victoria; el mensaje solemne que versa sobre el verdadero sentido de la Música, el verdadero sentido de la piedad, el verdadero sentido de esta vida en procura de la eternamente venidera.


"Desde los días, en que habiendo partido de España para Italia, llegué a la ciudad de Roma, además de otros nobilísimos estudios, en que hube de ejercitarme durante algún tiempo, muchos esfuerzos y cuidados consumí en el estudio del arte musical. Y me propuse desde el principio no contentarme con su conocimiento, para detenerme en el solo deleite de oídos y de espíritu, sino mirando más allá, ser provechoso –cuando me fuera posible- para el presente y para la posteridad. Habiendo, pues, trabajado en gran manera en este estudio de la Música, a la que me siento arrastrado por la naturaleza, como por un secreto instinto e impulso, a fin de que los frutos de mi ingenio tuviesen más difusión, acometí la empresa de poner en Música adornar con modulaciones –principalmente aquella parte- que con más frecuencia se celebra en la Iglesia católica. Porque ¿Para qué debe servir mejor la Música que para las divinas alabanzas del Dios inmortal, de quien procede el número y la medida? cuyas obras todas están tan admirable y tan suavemente dispuestas, que llevan delante de sí y muestran cierta increíble armonía y canto. Por lo cual, en muy grave error se ha de entender que cayeron, y por tanto deben ser sin compasión castigados, los que pervirtieron un arte creado como el más honesto para alivio de los cuidados y para recreo del alma con un deleite casi necesario, consagrándole para cantar torpes amores y otras cosas indignas. A fin de no abusar, pues, de beneficios de Dios, Optimo Máximo, de quien procede todo bien, a las cosas sagradas y eclesiásticas consagré todo el empeño y ayuda de mi ingenio. Dejo al juicio de otros cuanto haya sobresalido en ello. Por parecer testimonio de inteligentes y peritos ciertamente, lo he conseguido de manera que no tengo por qué arrepentirme de mis esfuerzos y trabajos.
Y habiendo mucho antes de ahora compuesto y hecho imprimir, obras que advertí fueron recibidas, con aplauso, quise ya, fatigado, para poner término a mis trabajos de compositor y cumplida ya al fin mi misión, gozar de honesto descanso entregando el espíritu a la contemplación divina –como cumple a un sacerdote- quise, repito, añadir este último fruto de mi ingenio que graves razones, no sólo al darle a luz, sino también al concebirle en mi espíritu y pensamiento, me movían a ofrecerle muy principalmente a Vuestra Majestad. Porque después de una larga ausencia, al volver a ver el suelo de mi nacimiento, habiéndome de presentar en cumplimiento de mi deber ante vuestra real presencia en cumplimiento de mi deber ante vuestra real presencia, no debía llegar con las manos vacías sino ofreceros algún regalo, que fuese el más propio de mi profesión ministerio, y a Vuestra Majestad el más agradable. Y nada para canto y música puede proponerse a un músico más grande y de mayor majestad, que el sacrosanto misterio y sacrificio de la Misa. Con esto he querido poner fin a mis trabajos. Esta obra compuesta por un español, ¿A quién se la debe con más justicia que al Rey de las Españas, católico, piadoso y tan amado de Dios? Ciertamente entiendo y confieso que tan gran Príncipe es harto más digno de mejores dones, es, sin embargo, muy propio de la real clemencia mirar en los inferiores y en los pequeños no el regalo, sino el corazón. Ni es tampoco posible que esté en relación con la dignidad regia la liberalidad privada. Confío en que esta mi ofrenda no ha de ser indigna de la Real Capilla, hallándose principalmente honrada con tu nombre y protección,
Réstame esperar que tu Majestad reciba este don con aquella amabilidad, conque se gana a todos los hombres, y a un súbdito, respetuosísimo con su autoridad acoja en su corazón de Rey, para quien mientras viviere, según es mi deber y según lo piden los tiempos de un reino cristiano, pediré al Señor Omnipotente y Rey de Reyes le sea todo feliz y próspero.

Viva y reine por largos años"

martes, 19 de enero de 2016

Bula Sollicitudo Omnium Ecclesiarum del Papa Pio VII (1814), para Restablecimiento Perpetuo de la Compañía de Jesús




Bula Sollicitudo Omnium Ecclesiarum del Papa Pio VII (1814), 
para Restablecimiento Perpetuo de la Compañía de Jesús






BULA DE LA SANTIDAD DE PIO VII 
para el restablecimiento de la compañía de Jesús 

PÍO OBISPO, SIERVO DE LOS DE DIOS, 
Para perpetua memoria 

"La solicitud de todas las iglesias confiada por disposición de Dios a nuestra debilidad, a pesar de la desproporción de nuestros méritos, nos impone el deber de poner en ejecución todos los medios que se hallan en nuestro poder, y que en su misericordia se dignó concedernos la divina providencia, para subvenir en su tiempo y sin ninguna acepción de pueblos a las necesidades espirituales del universo cristiano, en cuanto lo permiten las multiplicadas vicisitudes de los tiempos y lugares. 

Deseando satisfacer en lo que exije de Nos nuestro cargo pastoral, al momento que llegó  a nuestra noticia que Francisco de Kareu y otros sacerdotes seculares establecidos hace muchos años en el inmenso imperio de Rusia, y unidos antiguamente a la compañía de Jesús, suprimida por nuestro predecesor Clemente XIV, de feliz memoria, nos suplicaban les concediésemos por nuestra autoridad el poder para reunirse en corporación, a fin de hallarse en estado, en virtud de las leyes particulares a su instituto, de educar la juventud en los principios de la fe y buenas costumbres, de dedicarse a la predicación, ejercicio de la confesión y administración de los demás sacramentos; hemos tenido por conveniente escuchar sus súplicas, y lo hemos hecho de tanta mejor voluntad, cuanto que el emperador Pablo I, reinante en aquella sazón, nos había recomendado con viva instancia estos mismos sacerdotes, por cartas que eran la expresión de su aprecio y benevolencia hacia ellos, y que nos dirigió el 11 de agosto del año del Señor mil ochocientos, cartas en que manifestaba que seria de todo su agrado, que por nuestra propia autoridad y para el bien de los católicos de todo su imperio, restableciésemos en él la compañía de Jesús. 

Por tanto, considerando la gran utilidad que resultará a aquellas vastas regiones, casi enteramente destituidas de operarios evangélicos, y reflexionando que tales eclesiásticos podían procurar a la religión una ventaja inestimable, por sus costumbres puras, elogiadas por tantos, por sus trabajos infatigables, por su ardiente celo por la salvación de las almas y por su aplicación continua a la predicación de la palabra de Dios; hemos creído que sería racional secundar las miras de un príncipe tan bienhechor y poderoso. En consecuencia, por nuestras cartas dadas en forma de breve, el siete de mayo del año del Señor mil ochocientos y uno, concedimos al referido Francisco Kareu y demás compañeros establecidos en el imperio ruso, y a todos los que pudiesen acudir a él, la facultad de reunirse en corporación o congregación, bajo el nombre de compañía de Jesús, en una o muchas casas a voluntad del superior, sin salir de los límites del imperio de Rusia; y por nuestro beneplácito y el de la Santa Sede apostólica, diputamos en cualidad de superior general de la referida sociedad al susodicho Francisco Kareu, con el poder y facultades necesarias y convenientes para seguir y observar la regla de San Ignacio de Loyola, aprobada y confirmada por nuestro predecesor Paulo III, de feliz recordación, en virtud de sus constituciones apostólicas; y a fin de que hallándose reunidos y asociados de este modo en congregación relijgosa, pudiesen entregarse a la educación de la juventud en la religión, en las ciencias y en las letras, al gobierno de los seminarios y colegios, y con la aprobación y consentimiento de los ordinarios de los lugares, al ministerio de la palabra santa, confesión y administración de los sacramentos; recibimos la congregación de la compañía de Jesús bajo nuestra protección y sumisión inmediata a la sede apostólica; y nos reservamos para Nos y nuestros sucesores el disponer y arreglar, lo que con la ayuda del Señor se crea conveniente para fortalecer y asegurar la referida congregación, y para corregir los abusos, si se introdujesen en ella; y al efecto derogamos expresamente las constituciones apostólicas, estatutos, costumbres, privilegios e indultos, concedidos y confirmados de cualquier manera, que fuesen contrarios a las anteriores disposiciones, especialmente las letras apostólicas de nuestro predecesor Clemente XIV, que empezaban por las palabras Dominus ac Redemptor noster; pero únicamente en lo que fuesen contrarias a las referidas nuestras en forma de breve que empezaban por la palabra Catholicae, dadas solamente para el imperio de Rusia. 

Poco tiempo después de haber decretado estas medidas para el imperio ruso, creímos deberlas hacer extensivas al reino de las Dos Sicilias, a instancia de nuestro carísimo hijo en Jesucristo, el rey Fernando, que nos suplicó se estableciese en sus estados la compañía de Jesús, como lo había sido por Nos en el referido imperio; porque en tiempos tan desgraciados le parecía ser de la mayor importancia el servirse de los clérigos de la compañía de Jesús, para formar a la juventud en la piedad cristiana y en el temor de Dios que es el principio de la sabiduría, y para instruirla en lo relativo a la doctrina y ciencias, principalmente en los colegios y escuelas públicas. Correspondiendo de buena gana por el deber de nuestro cargo, a los piadosos deseos de tan ilustre príncipe, que sólo mira la mayor gloria de Dios y la salvación de las almas, hemos extendido nuestras letras dadas para el imperio de Rusia al reino de las Dos Sicilias, por otras nuevas en forma de breve que empiezan por las palabras Per alias, expedidas el treinta de julio del año del Señor mil ochocientos y cuatro. 

Los votos unánimes de casi todo el universo cristiano por el restablecimiento de la compañía de Jesús, nos traen continuamente súplicas vivas e instantes de parte de nuestros venerables hermanos los arzobispos y obispos, y de las personas más distinguidas de todas clases, especialmente desde que la fama ha llevado por todos lados la abundancia de frutos que producía esta sociedad en las regiones que ocupaba y su fecundidad en la producción de nuevos vástagos que prometen extender y adornar por todas partes el campo del Señor. 

La misma dispersión de las piedras del santuario producida por las recientes calamidades y reveses, que más bien deben deplorarse que traer a la memoria, la destrucción de la disciplina de órdenes regulares (gloria y ornamento de la religión y del estado) cuya reunión y son el objeto de nuestros pensamientos y continuos, exigen que demos nuestro asentimiento a deseos tan unánimes y justos. Nos creeríamos culpables delante de Dios, de una gravísima falta, si en medio de las urgentes necesidades que sufren los negocios públicos, descuidásemos el proporcionar los saludables auxilios que Dios, por su singular providencia, puso en nuestras manos colocadas en la navecilla de Pedro ajitada incesantemente, si no admitiésemos a los pilotos robustos y experimentados que se nos ofrecen para romper la fuerza de las olas que amenazan continuamente sepultarnos en un inevitable naufragio. 

Llevados por tan fuertes razones y poderosos motivos, hemos resuelto ejecutar lo que ardientemente deseábamos desde el principio de nuestro pontificado. Así que, después de haber con nuestras fervientes preces implorado el divino auxilio, y reunidos los sufragios y consejos de varios de nuestros venerables hermanos los cardenales de la santa Iglesia romana, de nuestra cierta ciencia y en virtud de la plenitud del poder apostólico, hemos creído ordenar y establecer, como en efecto ordenamos y establecemos por la presente e irrevocable constitución emanada de Nos, que todas las concesiones y facultades concedidas por Nos, únicamente para el imperio de Rusia y reino de las Dos Sicilias, sean extensivas desde este momento, como de hecho las extendemos, a todas las partes de nuestro estado eclesiástico, así como a todos los demás estados y dominios. 

Por tanto, dispensamos y concedemos a nuestro carísimo hijo Tadeo Burzozowski, superior general de la compañía de Jesús, y a los diputados legítimamente por él, todas las facultades necesarias y convenientes, según nuestro beneplácito y el de la Santa Sede apostólica, para poder libre y lícitamente, en todos los estados y dominios arriba mencionados, admitir y recibir a todos aquellos que pudiesen ser admitidos y recibidos en el orden regular de la compañía de Jesús, los que reunidos en una o muchas casas, colegios o provincias, bajo la obediencia del superior general en ejercicio, y distribuidos según lo exijan los casos, arreglarán su modo de vivir a las disposiciones de la regla de San Ignacio de Loyola, aprobada y confirmada por las constituciones apostólicas de Paulo III: queremos y permitimos también que tengan facultades para entregarse a la educación de la juventud católica en los principios de religión, y sujeción a las buenas costumbres, así como para gobernar los seminarios y colegios, y con el consentimiento y aprobación de los ordinarios de los lugares, podrán pedir el oír confesiones, predicarla palabra de Dios y administrar los sacramentos, libre y lícitamente. Y desde ahora recibimos a las casas, provincias e individuos de la susodicha sociedad, lo mismo que a los que en lo venidero se puedan asociar y agregar a ella, bajo nuestra guardia, protección y obediencia y de la sede apostólica; reservándonos para Nos y nuestros sucesores los pontífices romanos, el determinar y prescribir lo que creamos conveniente para establecer y asegurar más y más la referida sociedad, y reprimir los abusos, si (lo que Dios no permita) se introdujesen en ella.

Advertimos y exhortamos con todo nuestro poder, a todos y cada uno de los superiores, prepósitos, rectores asociados y alumnos, cualesquiera que fuesen de dicha sociedad restablecida, que se muestren constantemente y en todas partes fieles hijos e imitadores de su digno padre y gran fundador: que observen diligentemente la regla que les dejó prescrita y que se esfuercen en cuanto puedan en la práctica de las amonestaciones y útiles consejos que dio a sus hijos.

Por último recomendamos en el Señor, a nuestros queridos hijos los nobles e ilustres príncipes y señores temporales, así como a nuestros venerables hermanos los arzobispos y obispos, y a toda persona constituida en dignidad, la compañía de Jesús y cada uno de sus miembros; y les exhortamos y rogamos que no permitan ni toleren que nadie los inquiete, sino que los reciban, como conviene, con bondad y caridad. 

Queremos que las presentes y todo su contenido queden perpetuamente firmes, válidas y eficaces; y que tengan y produzcan entero y pleno efecto, y se observen inviolablemente en todo tiempo y por todos a quienes corresponda, y que juzgue y establezca conforme a las mismas todo juez revestido de cualquier poder; y declaramos nulo y de ningún valor cualquier acto contrario a ellas de cualquier autoridad que emane, sea con ignorancia o a sabiendas. 

No obstante, todas las constituciones y decretos apostólicos y especialmente las referidas letras en forma de breve de Clemente XIV, de feliz memoria, que empiezan Dominus ac Redemptor noster, expedidas bajo el anillo del pescador el veinte y uno de julio del año del Señor mil setecientos setenta y tres, a las que, como a todas las demás contrarias, derogamos expresa y terminantemente por el efecto de las presentes. 

A nadie sea lícito infringir o quebrantar por una empresa temeraria, el tenor de nuestra disposición, estatuto, extensión, concesión, indulto, declaración, facultad, reserva, amonestación, exhortación, decreto y derogación; y si alguno osare intentarlo, sepa que incurre en la indignación de Dios Todopoderoso y de los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo.

Dado en Roma en Santa María la Mayor el año de la Encarnación de Nuestro Señor, mil ochocientos catorce, a siete de los idus de agosto y décimo quinto de nuestro pontificado"


Fuente: Diccionario de Derecho Canónico, Tomo III, Abate Andrés, Madrid 1848

sábado, 16 de enero de 2016

En Defensa del Jesuitismo: Los Santos Jesuitas


En Defensa del Jesuitismo: Los Santos Jesuitas


Existe una corriente de pensamiento Anti-Jesuítica; fundada (o que dice fundarse) en ciertos cuidados y reparos católicos, como ser los que debe tenerse sobre la infiltración de la masonería y de la judería, con todos sus marranos y poderosos cabalistas influyentes. Lo que esta corriente hace y dramáticamente, hasta el punto de alejar de la integridad católica y precipitar horrorosamente al fiel hacia el cisma, es reducir el campo del enemigo a una única trinchera; su accionar, a una aislada y particular orden religiosa. Como si por abolirse la Orden de los Jesuitas, como se abolió durante 41 años; hubiesen desaparecido todos los males judaizantes y masónicos que atentan contra la Iglesia Católica; siendo que hay sobradas pruebas que hubo infiltrados, herejes y caballos de Troya en todas las órdenes religiosas. Y esas pruebas parten de cómo los Papas los han combatido y expuesto de mil maneras hasta el reinado de Pio XII, último Papa verdadero hasta la fecha.

Interminables debates pueden encontrarse sobre la validez de los Jesuitas luego de la Supresión a Perpetuidad de la Orden de los Jesuitas por el Papa Clemente XIV en el Breve "Dominus Ac Redemptor" (1773), y a pesar de la Supresión a Perpetuidad del breve citado y el restablecimiento universal y para perpetua memoria de la Compañía de Jesús, por el Papa Pio VII en la Bula "Sollicitudo omnium ecclesiarum" (1814). La postura correcta parece para muchos católicos insegura en todos los casos; por la que muchos prefieren alejarse con cierta prudencia del asunto, y con él, lamentablemente, se alejan de todos los santos de la orden, entre ellos su fundador; y con ellos, de todos los Papas que los beatificaron y canonizaron; así como elogiaron y recomendaron la Orden y su Regla, entre los que aún puede contarse al mismo Clemente XIV, quien él mismo dice que abolió la orden por cuestiones políticas y para acallar los reclamos de los reyes. Está en su defensa el pensar que silenciar a los Jesuitas no fue silenciar a los masones y judíos revolucionarios; sino que fue todo lo contrario: Basta ver los años en que estuvo abolida la Compañía de Jesús para comprender la libertad de destrucción revolucionaria que tuvieron todos los masones para hacer sangrar la historia, los conventos y los reinos de todo el orbe. Pero, no creemos que esta defensa pese más que el testimonio vivo de sus santos y mártires, quienes atestiguan su adherencia al Jesuitismo, no por razones humanas, sino por someterse a la propia voluntad Divina.

He aquí los nombres de los santos y beatos jesuitas (así reconocidos por la Iglesia Católica hasta 1958), soldados de Cristo que dieron su vida para Mayor Gloria de Dios; ellos y su ejemplo son la mejor defensa del Jesuitismo:

Fundador:


-San Ignacio de Loyola (Fundador de la Compañía de Jesús)



Vivieron antes de la Supresión de la Orden:

-Beato Modesto Andlauer






-Beato Edmundo Arrowsmith






-San Roberto Belarmino








-San Juan Berchmans






-San Andrés Bobola








-Beato Alejandro Briant







-Beato Edmundo Campion








-San Pedro Canisio







-Beato Juan del Castillo







-San Noël Chabanel








-San Pedro Claver







-Beato Claudio de la Colombière







-San Antonio Daniel





-San Diego Kisai








-Beato Pedro Fabro

Pierre Favre (1506-1546).jpg



-San Francisco de Borja








-San Francisco de Jerónimo





-Beato Tomás Garnet








-San Carlos Garnier








-San Luis Gonzaga








-Beato Roque González de Santa Cruz



-San René Goupil








-Beato Melchor Grodziecki







-Beato Remigio Isoré







-San Francisco Javier




-San Isaac Jogues





-San Juan de Brébeuf





-San Juan de Brito








-San Juan Francisco Régis






-San Juan de Lalande





-San Juan de Soan de Gotó







-San Estanislao Kostka







-San Gabriel Lalemant




-Beato David Lewis







-San Pablo Miki







-Beato Enrique Morse








-Beato Juan Ogilvie







-Beato Nicolás Owen







-Beato Esteban Pongracz







-San Bernardino Realino







-Beato Alfonso Rodríguez Olmedo







-San Alonso Rodríguez







-Beato Roberto Southwell







-Beato Enrique Walpole







-San José Pignatelli 
(Vivió la Supresión de la Orden y murió luchando para que su Orden fuera restablecida)








Vivieron después del Restablecimiento de la Orden:




-Beato Pablo Denn



-Beto León Ignacio Mangin











A M D G










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